El cantante barcelonés volvió a actuar en un Camp de Mart que coreó ‘Los días intactos’, el quinto trabajo en solitario del ex líder del mítico El último de la fila.
«Un año y otro año, tanto tiempo. Tantas lunas de agosto que cumplen...», reza la letra de una de las canciones de Los días intactos, el quinto trabajo en solitario de Manolo García. Y un año más el cantante del Poblenou barcelonés llegó a Tarragona, actuó y arrasó –casi como César– en un escenario que al propio García le emociona, según confesó en una reciente entrevista al Diari. Y si la Tarraco romana emociona a García, ésta se rinde al ex líder de El Último de la fila. Ayer el Camp de Mart se llenó hasta los topes para escuchar su nuevo álbum.
Compuesto por 14 canciones inéditas, Los días intactos recupera el Manolo García más rockero. García lo grabó a caballo entre Catalunya y Estados Unidos –los estudios de Music Lan Recording en Figueres y Ocean Way Recording, de Los Angeles–, y se rodeó de músicos de elite como los guitarristas Waddy Watchel y Mark Goldengerg, los bajistas Leland Sklar y Bob Glaub y el batería Kenny Aronoff.
En su gira, la banda que le acompaña tiene un buen director y el público lo agradece además de rememorar los viejos tiempos de Manolo García con algunos de sus temas más tradicionales.
Manolo García será siempre la voz de El Último de la Fila, pero su trayectoria en solitario –desde que el grupo anunció oficialmente su disolución el 13 de enero de 1998, tras dos años sin grabar una canción– no ha desmerecido para nada su bagaje musical, aunque en el oído de todos los amantes de la buena música ha quedado grabado a fuego el primer disco de Quimi Portet y Manolo García: Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana.
Del primer álbum sin sus compañeros –Arena en los bolsillos– vendió 900.000 discos en sólo una semana de 1998, algo que sólo han conseguido muy pocos cantantes al afrontar el reto de una carrera en solitario tras dejar un grupo triunfante. Pájaros de barro fue uno de los temas más exitosos de aquel primer álbum. El propio Manolo García comparaba esa canción con Cabalgar la eternidad (del último álbum) como ejemplo de su evolución.
Tras Arena en los bolsillos, vinieron Nunca el tiempo es perdido (2001), Para que no se duerman mis sentidos (2004) y Saldremos a la lluvia (2008). Ahora, en su quinto álbum, ha compuesto Todos amamos desesperadamente, Un año y otro año, Un alma de papel, Un giro teatral, Sombra en la sombra de tu sombrero, Estoy alegre, Compasión y silencio, Junto a ti, Creyente bajo torres de alta tensión, Los errantes, Lo que me distes cuando nada te pedí, Estamos ahí, Un giro teatral, Un alma de papel y el mencionado Cabalgar la eternidad.
La de Manolo García es la segunda actuación en el Festival de Estiu de Tarragona