El cantante y compositor Manolo García ofreció una conferencia en la Universidad Europea Miguel de Cervantes (UEMC) que con el título 'Perspectivas sobre la creación artística y la gestión cultural' desgranó sobre su experiencia como músico, productor, fotógrafo y artista plástico. «La clave para triunfar, vender discos y ser feliz es tener pasión por lo que haces, muchas ganas de trabajar y mejorar y ser honesto, sincero y no contar mentiras. Por la experiencia que tengo, solamente siendo fiel a ti mismo puedes llegar a conseguir aquello que deseas. Y te das cuenta de que, cuando lo has conseguido, ha sido porque lo tenías claro y has luchado con honestidad para lograrlo».

«Yo desde niño tuve claro que quería ser músico y quería pintar. Recuerdo que mi padre me buscó un trabajo en los Altos Hornos donde él trabajaba, eso sí en la oficina,para que no estuviera cargando vigas de hierro, pero yo le dije que no quería. No quería trabajar en algo que no me gustaba, quería dedicarme a esto, a la música.

Hagas lo que hagas, hay que mantener la dignidad. Si te dedicas a algo relacionado con la cultura es maravilloso, es un trabajo que ya de por si ilumina, es brillante. Si, además, te gusta y triunfas, es la mayor felicidad que te puedes encontrar».

Manolo García reconoce que «no fui profesional hasta los 30 años, pero tenía claro lo que quería y además me fui dando cuenta de que yo quería ser mi propio gestor, después de muchos engaños, desilusiones por parte de las discográficas».

«Mi grupo era Los Rápidos, porque empezamos siendo unos críos de 17 años que tocábamos en el barrio. Cuando esa música empezó a tener algo de éxito, nos quisieron imponer un letrista, justo lo que yo hacía, y nos negamos. Nos amenazaron con no volver a tocar ni a grabar».

Ante esto, para enfrentarte a una multinacional, hay que utilizar una táctica de guerrilas. Nos cambiamos de nombre para seguir haciendo lo que nos gustaba, lo que queríamos hacer. Nos pasó lo mismo y creamos El Último de la Fila, con el que ya tuvimos un gran éxito».

Fuente: El Norte De Castilla
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