
Afable, optimista y tan combativo como de costumbre, García, que colgó el cartel de 'no hay entradas', navegó con la vela del instinto, salteando sus viejos éxitos con algunas de sus nuevas partituras, reunidas en su nuevo disco, Los días intactos , y charlando como un grifo abierto entre canción y canción. Sobre las tablas del Trui, el cantante, que lució su atuendo habitual, basado en tejanos y camisa oscuros con chaleco abierto, estuvo arropado por cinco músicos, dos guitarras, bajo, teclados y cajón.
Con la cuarta canción, Los ángeles no tienen hélices , los asistentes, muy entregados, se levantaron de sus butacas, pues se trata una de las canciones mas emblemáticas de El último de la fila. Además, en ese momento, se sumó a la banda un batería y una guitarra eléctrica, ya que las otras dos son acústicas.
Los seguidores, aquellos adolescentes de los años 80 y 90 que seguían al cantante en su etapa al frente de El último de la fila, no dejaron de corear sus canciones en este concierto cuyo sonido fue impecable, y su protagonista derrochó voz sin apenas diferencias entre la grabación de estudio y el directo.
Estaba previsto que la actuación finalizará cerca de la medianoche. Quien no llegase a tiempo para comprar su entrada, hoy puede hacerlo en las taquillas del Trui Teatre y disfrutar así de algunos clásicos de ayer hoy del pop español.